viernes, 14 de noviembre de 2014

Caos contra la burocracia. 2da parte.



Llegué a la escuela confiado de tener la razón. Me fui a conversar primero con la profesora de sociales, para que de paso ponga asistencia. Fui el primero en llegar y como esta profe estaba enterada de todo nos pusimos a conversar sobre el tema. Me dijo que esta mina esta confabulada con la vicedirectora y que son terribles.  Razón por la cual todos la evitan. Me recomendó evitar hablar con ella a toda costa y luego me siguió contando de todas las cosas malas que veía en el accionar de esta mujer. Destacando el hecho de que es terriblemente problemática y desordenada en el trabajo.
También me dijo que de las dos, la vicedirectora era mucho mas razonable, pero mucho mas dificil de encontrar. Pero yo ya estaba podrido de dar vueltas y quería terminar este asunto de una vez.



La escuela en donde todo esto acontece


Sin embargo, y quizás también por cosas del caos, el hombre del ministerio de educación me dijo que me correspondía el módulo cuatro del plan B, siendo que el plan B arranca desde el módulo 5, razón por la cual la gorda no me dio ni bola, e incluso se negó a comunicarse con la gente del Ministerio.
Yo le insistí en que por favor me muestre en el reglamento que yo estaba equivocado. Y resulta que "lo estan buscando" desde el viernes pasado cuando se los pedí.  Luego, me dijo que me daba el módulo 5 pero que no se hacía cargo de los problemas que pudieran surgir. Sospeché entonces que me estaba tendiendo una trampa. Por lo cual le dije que me iba, y que consultaría al Ministerio de Educación nuevamente. 

Y ahí fue donde se armó la gorda...



 Haciendo un esfuerzo sobrehumano, levantó su mórbida humanidad de la silla e intento obligarme a que le de el módulo que tenía gritándome. Le pregunte porque antes me decía una cosa y luego me salía con otra. Siguió gritando como una loca y entonces la acusé de modificar su discurso a cada momento para perjudicarme. Me di media vuelta y cuando reaccionó noté que habían varias personas en la biblioteca esperando ser atendidas. Creí que esto iba a hacer que la bibliotecaria se tranquilizara, pero al parecer los espectadores habían visto suficiente, no había nada que ocultar. Marlene (la gorda)  salió a la puerta a ordenarme que vuelva a la biblioteca: VENÍ PARA ACÁ! VENÍ PARA ACÁ! me decía. 





A esa altura simplemente no sabía como reaccionar. La mina armó una escena de la gran puta. Me gritó que de todas formas le iba a decir a mis profesores que yo tenía el módulo 5 y que iba a averiguar quien me llenaba la cabeza. Luego me acusó de ser un nene caprichoso. Entonces, me volví hacia ella y le dije que era imposible seguir hablando asi. Mientras le hablaba, seguía diciendome que me meta a la biblioteca a hablar. Al estilo que hacen las mamás "pasa que no te voy a pegar". Eso me dio gracia y mientras me seguía gritando le dije que no le iba a hacer caso, haciendo además un ademán con la mano, con el cual pretendía decirle elegantemente que se vaya al carajo.

Salí del colegio sintiéndome derrotado. Todo este episodio me arruinó el día. Fue un error cantar victoria antes de tiempo. No podía creer que incluso con el Ministerio de Educación de mi lado podía terminar con la terquedad de esa mujer.




Luego recordé que debía esperar a mi compañero. Pero era tarde, la gorda lo increpó, le pidió datos y lo acusó de "llenarme la cabeza". También le dijo algo al estilo "esto es por culpa de tu amiguito" y al parecer va a bajarlo al módulo 1 a él también.

Me molestó sobremanera que crea que soy un boludo mandado y que encima involucre a terceros. El no tenía nada que ver con el asunto.  

Apenas llegué a casa redacté un mail al representante del plan en Chubut, contándole absolutamente todo lo sucedido. 

Hoy me contesto pidiendome datos de la gorda, los cuales por desgracia, no tengo en mi posesión. Seguramente seguiré en contacto con este hombre y posiblemente para el lunes todo esto termine de una vez.








Soy totalmente conciente de que he sacudido un avispero, descubrí el quilombo de las responsables de la escuela y ahora van a por mí. Pero confío en que mis golems van a cumplir la tarea que les fue encomendada. 
Reflexioné también la posibilidad de hacerle alguna brujería a esta mujer. Pero nunca hice algo semejante. Soy como un fluffy bunny. Sin embargo, ya he llegado demasiado lejos como para desistir. Y creo que tengo que resistir hasta que se destape totalmente la olla.




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